
Fotografía de producto con sombras: cómo crear un efecto dramático y profesional
La fotografía de producto es una técnica que consiste en capturar imágenes de objetos con fines comerciales o publicitarios.
La fotografía de producto tiene como objetivo mostrar las características, los beneficios y el valor de los productos, así como atraer la atención y el interés de los potenciales clientes.
Uno de los aspectos más importantes de la fotografía de producto es la iluminación, ya que determina el aspecto, el color y la textura de los objetos.
La iluminación puede ser natural o artificial, directa o difusa, suave o dura, frontal o lateral, etc. Cada tipo de iluminación tiene sus ventajas y sus desventajas, y se debe elegir según el efecto que se quiera conseguir.
En este artículo, vamos a hablar de la fotografía de producto con sombras, una técnica que se basa en crear contrastes entre las zonas iluminadas y las zonas oscuras de los objetos.
La fotografía de producto con sombras puede crear un efecto dramático, profesional y elegante, que resalta la forma, el volumen y el detalle de los productos.
¿Cómo se hace la fotografía de producto con sombras? A continuación, te damos algunos consejos y pasos para lograrlo:
Elige un fondo neutro y uniforme, preferiblemente de color blanco, negro o gris. El fondo debe contrastar con el color del producto, pero sin distraer la atención del mismo.
Coloca el producto sobre una superficie plana y lisa, que no refleje la luz ni genere sombras indeseadas. Puedes usar un soporte o un trípode para mantener el producto en posición y evitar que se mueva.
Usa una fuente de luz artificial, como un flash, un foco o una lámpara, que sea potente y direccional. La fuente de luz debe estar situada a un lado del producto, formando un ángulo de unos 45 grados con respecto al eje de la cámara. Así, se creará una sombra alargada y definida en el lado opuesto del producto.
Ajusta la distancia y la altura de la fuente de luz, según la intensidad y la longitud de la sombra que quieras obtener. Cuanto más cerca y más alta esté la fuente de luz, más intensa y más corta será la sombra. Cuanto más lejos y más baja esté la fuente de luz, más suave y más larga será la sombra.
Usa un reflector, una cartulina o una tela blanca, para rebotar parte de la luz hacia el lado sombreado del producto. Así, se suavizará el contraste y se evitarán las zonas demasiado oscuras. El reflector debe estar situado en el lado opuesto a la fuente de luz, formando un ángulo similar al de la fuente de luz con respecto al eje de la cámara.
Ajusta la posición y la inclinación del reflector, según el grado de iluminación que quieras darle al lado sombreado del producto. Cuanto más cerca y más perpendicular esté el reflector, más luz se reflejará. Cuanto más lejos y más paralelo esté el reflector, menos luz se reflejará.
Usa una cámara con un objetivo adecuado para la fotografía de producto, como un objetivo macro, un objetivo de distancia focal fija o un objetivo de zoom. El objetivo debe tener una buena calidad óptica, una apertura amplia y una distancia mínima de enfoque corta.
Ajusta los parámetros de la cámara, como el modo de exposición, el balance de blancos, la sensibilidad ISO, la velocidad de obturación y la apertura del diafragma, según las condiciones de iluminación y el resultado que quieras obtener. Puedes usar un fotómetro o un histograma para medir la exposición correcta.
Enfoca el producto con precisión, usando el enfoque manual o el enfoque automático con selección de punto. El producto debe estar nítido y bien definido, mientras que el fondo debe estar desenfocado y sin distracciones.
Dispara la foto, usando un disparador remoto o un temporizador, para evitar el movimiento de la cámara y la trepidación. Puedes hacer varias tomas, variando la posición, la iluminación o el encuadre, hasta conseguir la foto que más te guste.